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Con un pan debajo del brazoMacroeconomía novelada

Los QE: de medicina a veneno.

La política monetaria en EE.UU y en la Eurozona casi todos sabemos que se encuentra en estados completamente diversos. Por un lado, la expansión monetaria de años pasados en EE.UU es previsible que deje de generar crecimientos reales y antes o después se traduzca en incremento de los precios; en definitiva, la efectividad de los QE ha llegado a su fin. Por otra parte, la Eurozona lucha por sacar el mayor partido de este tipo de medidas. Sin embargo, conviene no olvidar que la aparición de tipos de interés negativos podría provocar que la liquidez ganara en rentabilidad frente a otro tipo de activos provocando una diminución de la velocidad de circulación del dinero. Sj esta posibilidad, bastante real, se produjera la eficiencia de las políticas monetarias expansivas como el QE disminuiría y el despegue de la economía de la Eurozona se frenaría.

Para que todo esto se pueda entender un poco mejor y más claramente os transcribo una parte de mi novela de divulgación de macroeconomía que como veis tiene aplicaciones prácticas y actuales.

Con un pan debajo del brazo – Macroeconomía novelada (A la venta en este blog)

Ecuación cuantitativa del dinero: los precios dependen de M

—¿Y no hay una forma de poner en relación la oferta y la demanda de dinero con la renta? —continuó José.

—Sí, la ecuación cuantitativa del dinero. Viene a decir que la verdadera oferta está determinada por la cantidad de dinero (M) multiplicada por la velocidad a la que se mueve (V).

—Cuéntame qué ocurriría con M y V, en un pueblo como Sotillo dedicado al negocio del pan, si todos los habitantes fueran clientes y empleados.

—Imagínate que en el pueblo se vendiesen cien barras al día y todas las mañanas los habitantes recibieran su sueldo de la jornada anterior pagado por el dueño de la panadería. El dinero que haría falta sería el necesario para soportar las compras de un día. Pero si por el contrario el sueldo se pagase cada semana, los vecinos de Sotillo necesitarían tener liquidez para atender sus compras de pan de lunes a domingo: haría falta más dinero porque la velocidad a la que se mueve es siete veces inferior.

—Bien, está claro, por el lado de la oferta lo que importa es M·V . ¿Y la demanda?

—Viene determinada por el número de transacciones y por el nivel de precios. En el caso de Sotillo sería el número de barras de pan que se compran al día, que será igual a la cantidad de transacciones que se realicen en la localidad (T), multiplicado por el precio de cada una de ellas (P). Te puedes dar cuenta de que las necesidades de dinero no dependerán únicamente del número de panes vendidos, sino también del precio de cada uno de ellos. Y como la oferta tiene que ser igual que la demanda tendremos que M·V = P·T .

—Pero en todo esto que me dices no veo por ningún lado la renta, la producción o el PIB.

—El número de transacciones puede sustituirse por el número de panes producidos, o por la producción o la renta, que para el caso es lo mismo. La fórmula que se suele utilizar es: M·V = P·Y.

—¿Y el tipo de interés no influye?

—Hay una forma de intuirlo —añadió Íñigo mientras hacía girar la raqueta resbalando la empuñadura en la palma de su mano—. Si la oferta de saldos reales, que es la oferta monetaria corregida por el nivel de precios (M/P), permanece constante, y reordenas la expresión que te acabo de comentar, tendrías: (M/P) = (Y/V). ¿Te das cuenta de que la única forma de conseguir que la renta aumente es que la velocidad del dinero también lo haga?, de otra forma no se cumpliría la expresión. La forma de conseguir que empresas y personas muevan el dinero más deprisa y lo tengan menos tiempo parado es incrementar los tipos de interés. De esa forma las operaciones de compraventa se realizan más rápidamente porque reducen el coste de financiación. La empresa que antes permitía a sus clientes pagar a sesenta días, reducirá el crédito a cuarenta y cinco y de esta forma el coste de financiarles será menor; las personas irán más al cajero o realizarán sus transferencias más a menudo, reduciendo al mínimo el dinero que no tienen invertido, y de esa forma el aumento de los tipos de interés ayudarán a incrementar la velocidad del dinero.

—Ya me doy cuenta de que la teoría cuantitativa del dinero es coherente con lo que me has contado sobre la oferta y demanda de dinero.

—Si en Sotillo la panadería funcionara a la mitad de capacidad y con muchos desempleados en el pueblo, los precios serían estables. Nadie se atrevería a elevar sus exigencias salariales para que lo contratasen, ni el panadero a subir los precios cuando tiene sus hornos medio vacíos. En este entorno, un incremento de M traería consigo un aumento de la producción. Pero si, por el contrario, el pueblo estuviera funcionando a plena capacidad, el aumento de la oferta monetaria se traduciría en elevación de los precios y no de la producción, que ya no da más de sí.

—¿Por qué?

—Si Sotillo está a plena capacidad no habrá paro. Por tanto, elevar la producción supondrá horas extras que serán más caras. Seguramente también inversiones adicionales en hornos de pan, o quizá echar mano de alguno viejo e ineficiente. En cualquier caso si el pueblo trabaja al 100 %, elevar la producción será a costa de precios mucho más altos.

—Es decir, que según la fórmula M·V = P·Y, considerando que V permanece constante, dependerá de si la economía está funcionando cerca de su tasa natural o por debajo de ella para que el incremento de M se traduzca en aumento de los precios (P) o de la producción (Y).

—Efectivamente.

—¿Pero la velocidad a la que se mueve el dinero es siempre constante?

—Generalmente lo es, pero con excepciones. El siglo xvi fue un periodo de alta inflación para Europa y especialmente para España. La razón principal fueron las entradas de oro y plata provenientes de las Américas. Sin embargo, la cantidad de los metales preciosos, y por tanto de la base monetaria, que se multiplicó por diez, no fue proporcional al aumento de los precios, que se incrementaron tan solo en cuatro veces. La razón es que el número de transacciones aumentó y la velocidad del dinero cayó por aumentar la demanda de oro y plata precisamente para defenderse de la inflación.

—Lo que quieres decirme es que en la formula M·V = P·Y, M se multiplicó por diez, pero P solo por cuatro. La expresión se cumplió porque Y aumentó y V disminuyó porque la gente guardaba el oro para protegerse del incremento de los precios, en lugar de hacerlo circular.

—Eso es.

—Veo que te tienes que remontar quinientos años para encontrar un ejemplo…

—En la Alemania de 1922 ocurrió lo contrario. Con una inflación de 335 % mensual nadie quería tener dinero en sus bolsillos, donde perdía valor rápidamente. De esta forma la velocidad de circulación del dinero aumentó abruptamente, provocando un aumento de la oferta monetaria muy superior al de la base monetaria.

—De acuerdo. En este caso lo que ocurrió es que, con el incremento de la base monetaria, la M fue lo que aumentó y según la ecuación cuantitativa del dinero, M·V = P·Y, los precios subieron. Ante este ascenso de la inflación, los alemanes tendieron a no tener dinero en sus bolsillos, sino siempre invertido en productos que preservasen el valor. Tenían poco efectivo y los que tenían lo hicieron mover con mayor velocidad, por lo cual V aumentó.

—Bien visto. Aumentó M, como consecuencia lo hizo V y la inflación se multiplicó.

 

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