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Curva de Phillips con portada
Con un pan debajo del brazoMacroeconomía novelada

Para reducir la inflación no hay más remedio que incrementar el paro.

Uno de los indicadores más claros de lo avanzado que está el ciclo en EE.UU es el bajo nivel de paro. Antes o después es previsible que la inflación suba. Sin embargo, el momento exacto es difícil determinarlo. Como explique con mi hijo Luis en “Argumentos para que la Fed se dé o no prisa en subir los tipos” , la razón está en que no es fácil conocer exactamente cuál es el verdadero crecimiento potencial de una economía. Dependiendo de cómo sea este, un incremento salarial determinado podría provocar un aumento de los precios y un cambio en la política monetaria. Las consecuencias serán el intento de frenar la economía y el anuncio de que el ciclo se está acabando.

La bajada del paro en EE.UU muy probablemente tendrá que venir de la mano, antes o después, de un incremento de la inflación. Si posteriormente llega el momento en que se decida que esta tiene que reducirse el precio que habrá que pagar será una ralentización de la economía.

Voy a intentar explicar todo esto y algunos otros asuntos relacionados, pero de forma sencilla. Para esto nos ayudará el video que acabo de citar y el siguiente extracto de mi novela de divulgación de macroeconomía.

Con un pan debajo del brazo – Macroeconomía novelada (A la venta en este blog)

Inflación y empleo, dos variables inseparables

—La otra cara de la moneda es que los precios efectivos variarán dependiendo de si la producción es superior o inferior a la producción potencial. De esta forma, una producción por encima de la potencial hará subir los precios por encima de lo esperado. Por el contrario, una inferior provocará que los precios suban menos de lo previsto.

—Explícamelo con un ejemplo, por favor.

—Volvamos a Sotillo, a la panadería de Manolo. Supón que en el pueblo no hay otro negocio aparte de este. Imagina que tiene una capacidad de producir cien barras de pan al día y por las razones que sea se ve obligado a producir ciento diez. Dado que el pueblo está operando al cien por cien, tendrá que contratar a alguna otra persona que ya esté ocupada para que haga horas extras y le costará dinero convencerla. A lo mejor tiene que echar mano de un horno viejo, que es más costoso, o comprar uno nuevo. Lo que está claro es que los diez panes por encima de su capacidad potencial le saldrán más caros. Los costes se reflejarán en aumentos del precio del pan y la inflación aumentará.

—¿Y cuando la utilización de la capacidad sea inferior a la potencial?

—Imagina que la panadería de Manolo solo produce ochenta panes al día. Seguramente algún panadero perderá su trabajo. En cualquier caso, lo que está claro es que los beneficios de la panadería serán muy reducidos. En esa situación el salario de los panaderos aumentará muy poco, o incluso bajará, por la presión que ejercen los que se encuentran sin empleo. Además, Manolo, previsiblemente intentará reducir los precios del pan para vender más y poder mantener ocupado al personal de su negocio. Todo junto hará que los precios tiendan a moderarse y la inflación a reducirse.

José atendió una llamada de teléfono. Era Teresa para decirle que se retrasaría y que fuesen empezando sin ella. Después de levantarse para meter la lasaña en el horno preguntó:

—¿Y esto que me acabas de contar es verdaderamente importante?

—Tiene derivaciones que sí lo son, como la ecuación de Phillips… Teniendo en cuenta que cada nivel de producción supone un nivel de actividad, y por tanto una tasa de empleo, podemos decir que una producción superior a la potencial implicará un nivel de paro inferior al natural y, por tanto, también un aumento de la inflación.

—Supongo que si los precios del pan suben más de lo esperado Manolo pensará que ese año ganará más dinero y estará incentivado a aumentar su actividad contratando más panaderos y reduciendo el paro en Sotillo.

—Eso es.

—¿Y en el caso de un paro superior a la tasa natural?

—Entonces ocurrirá lo mismo que te he contado para el caso de una producción inferior a la potencial. En Sotillo habrá unos cuantos vecinos que quieran trabajar, pero que no encuentren empleo. Para conseguirlo, estarán dispuestos a sacrificar un poco sus exigencias de salario. Esta situación dará argumentos a Manolo para reducir el incremento del jornal de sus empleados, y cuanto más alto sea el desempleo en el pueblo más contundentes serán sus recortes, que se trasladarán a reducciones del precio del pan.

—Pero la caída de precios tendrá el efecto inverso al que me has contado.

—Eso es, las empresas verán que los precios de sus productos suben menos de lo esperado. Sin embargo, sueldos, alquileres, etcétera lo harán según las expectativas iniciales: las empresas estimarán entonces caída de beneficios o pérdidas y consecuentemente reducirán su producción y plantilla.

—De acuerdo, ya veo que mayor desempleo conducirá a reducción de la inflación .

—Imagina que, dada la pirámide poblacional de Sotillo, lo natural es que existan cinco personas desempleadas porque, pongamos por caso, están esperando mudarse a la capital para estudiar. En el momento que la panadería necesite de tres de estos jóvenes para su negocio, tendrá que ofrecerles mejores salarios para hacerles olvidar sus proyectos universitarios. Para que le salgan los números, Manolo tendrá que subir el precio del pan y por tanto repuntará la inflación. Por el contrario, si los desempleados suben a ocho tendrá tres por encima de la tasa natural que llamarán a las puertas de la panadería buscando trabajo. Los salarios frenarán la subida, al igual que los precios del pan y la inflación, ¿no?

—Entonces, si Dn es la menor tasa sostenible de desempleo, un paro inferior a Dn provocará una subida de la inflación.

—Eso es. Si te das cuenta, cuando se parte de la tasa natural de empleo y se aplican medidas fiscales o monetarias para reducir el paro, estas acabarán por provocar un incremento de la inflación.

Mientras acababa de hablar, José se levantó, se dirigió hacia la alacena y sacó platos y cubiertos. Cuando estaba a punto de extender el mantel hizo un gesto con la mano a su padre para indicarle que siguiera sentado y disuadirlo de que lo ayudara.

—Lo que quieres decirme es que si en Sotillo toda la población con posibilidad de trabajar lo estuviera haciendo, cualquier estimulo de la economía solo provocaría incrementos en el precio del pan. El negocio de Manolo se encontraría con limitaciones físicas para aumentar su producción.

—Eso es.

—¿Y en ausencia de políticas económicas expansivas o contractivas?

—Si no hay perturbaciones ni en la demanda ni en la oferta, la inflación permanecerá constante, lo que equivale a que el empleo se situará en su nivel natural, en el cual las presiones al alza de los salarios se contrarrestan con la influencia a la baja que ejercen los desempleados. De esta forma, tendremos la inflación estable y el empleo también constante, en el caso de Sotillo reducido a esos cinco jóvenes que se quieren ir a la capital a estudiar.

—¿Y la historia económica tiene ejemplos que corroboren la relación inflación-empleo?

—Sí, claro. En los años sesenta Kenedy aplicó en Estados Unidos una reducción de impuestos a la que siguió un aumento del gasto por la guerra de Vietnam, todo ello acompañado de una expansión monetaria. El resultado fue el predicho por la curva de Phillips: un paro que se redujo por debajo de su tasa natural, desde casi el 7 % a cerca de 3,5 %, y la inflación subió desde aproximadamente un 1 % hasta el 5 %.

—¿Y en el sentido contrario? —preguntó José acabando de poner un tenedor a la derecha de cada uno de los tres platos.

—El precio que hay que pagar por una reducción de la inflación es el riesgo de recesión. Eso fue lo que ocurrió a principios de los ochenta; la lucha por frenar la inflación tras la subida de los precios del petróleo en 1979 frenó en seco la economía, cuando el entonces presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, aplicó una fuerte contracción monetaria. El resultado fue una reducción de la inflación del 10 % en 1981 al 4 % dos años después. Por otro lado, se produjo un aumento del paro en el mismo periodo del 7,5 % al 10 %, el nivel más alto desde la Segunda Guerra Mundial.

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