¿Cuántas personas de nuestro entorno social estarían dispuestas a admitir un Gobierno de su país constituido mayoritariamente por extranjeros? Dejando aparte que no sería la primera vez en la historia de muchos países, lo que está claro es que actualmente existen situaciones que manifiestan la necesidad de avanzar en la integración económica y en la integración internacional. En “
El I+D+I no es la panacea.” vimos cómo este factor iba a ser esencial para el bienestar futuro de la humanidad. En “
El cambio de mentalidad que exige un mundo integrado” enumeré los importantes pasos alcanzados en el logro de una mayor integración económica, como también los retos a los que nos enfrentamos para su completa consecución. Ahora veremos como la integración internacional no es sólo una cuestión comercial, monetaria o fiscal…
Extracto adaptado de "Con un pan debajo del brazo" – Libro de Macroeconomía fácil novelada (A la venta en este blog)
La integración económica no es más que un primer paso a la integración internacional.
Ni si quiera en la Unión Europea existe un poder ejecutivo. La aceptación de la delegación del poder en un presidente extranjero es algo que muy pocos están dispuestos a consentir. Pero la realidad es que los ciudadanos de infinidad de países ven como las decisiones que toman dirigentes de otras zonas del planeta determinan su bienestar a veces de forma más determinante que sus propios mandatarios.